
EL METABOLISMO DEL COBRE EN LA ENFERMEDAD DE WILSON
El cobre es un oligoelemento esencial que interviene en procesos muy diversos como la oxidación del hierro, la respiración celular y la biosíntesis de neurotransmisores.14 El cobre libre puede tener efectos tóxicos, por lo que es vital regular y equilibrar el cobre en el organismo.14
El cobre ingerido con los alimentos se absorbe en el intestino delgado proximal y se transporta al hígado.3 Habitualmente, el cobre se transporta en la sangre de distintas maneras:
- La mayor parte (65−71%) del cobre presente en la sangre se une a la ceruloplasmina (una proteína que participa en el metabolismo del hierro)14
- En menor proporción, unido a la albúmina (15−19%) o a la transcupreína (7−15%) (el llamado cobre intercambiable o lábil)14
- Una pequeña parte del cobre (<2−5%) de la sangre es «cobre libre» y se cree que el exceso de esta fracción es lo que provoca la toxicidad en la enfermedad de Wilson4,14
Para que su presencia en el organismo sea equilibrada es necesario eliminar el exceso de cobre. La principal vía de eliminación es la bilis, con la intervención del transportador de cobre ATP7B.15,16 El ATP7B también participa en la fijación del cobre a la apoceruloplasmina que tiene lugar en el hígado, desde donde se transporta por todo el organismo.3
En la enfermedad de Wilson, las mutaciones del gen ATP7B y la menor actividad del ATP7B en el hígado producen una disminución de la eliminación de cobre en la bilis y de la síntesis de la ceruloplasmina, además de un aumento de la eliminación de cobre en la orina para tratar de compensarlo.13,16 El cobre se acumula y acaba saliendo del hígado y depositándose en otros órganos y tejidos.3,15 Esta acumulación de cobre libre tóxico provoca daño celular y la forma clínica de la enfermedad de Wilson.3,15,16